¿POR QUÉ EL LIBRO DIGITAL EN ÉPOCA DE PANDEMIA?

 Por Mariam Martínez Suárez

A raíz de la llegada de la Covid-19, que ha registrado unos 5.5 millones de casos en todo el mundo y pérdidas humanas que se acercan a las 350 mil, la mirada de muchos asiduos lectores, estudiantes e investigadores se ha volcado hacia el libro digital, que pudiéramos aseverar que se ubica en estos momentos en una importante escala de preferencia.

Esta tendencia hacia lo digital surge por las medidas que han tomado numerosos países en aras de proteger la salud de sus habitantes. De acuerdo a un estudio presentado por la Federación Internacional de Asociaciones Bibliotecarias y Bibliotecas (IFLA), se ha generado el cierre de los sistemas bibliotecarios en más de 60 países, entre los que destacan: Argelia, Bélgica Brasil, India, Italia, Kenia, Luxemburgo, Marruecos, Martinica, Reino Unido, Singapur, Suiza, Turquía, Ucrania y Uganda, entre otros. A esto se suma un promedio de 88 países que han cerrado al público sus bibliotecas nacionales, así  como las bibliotecas escolares de 158 países, que se han visto afectadas por la suspensión de actividades en las instituciones educativas.

Aunque Venezuela no figura en el reporte, el día 12 de marzo de 2020 se comenzaron a tomar medidas, y el presidente de la república Nicolás Maduro anunció que: “aunque no existían casos de coronavirus en el país, se declara en emergencia permanente el sistema de salud, para la prevención y atención de los casos que se pudieran presentar”. En ese contexto, suspendió las actividades de masas, políticas, religiosas y culturales.

Un día después, el 13 de marzo, por medio de la Gaceta Oficial N° 6.519 extraordinaria fue dictado el Decreto presidencial N° 4.160, se declaró el Estado de Alarma en el país. De igual forma, se incluyó la suspensión de las actividades laborales en todo el territorio nacional, de manera progresiva y ordenada, a fin de cortar la cadena de expansión del virus ante la aparición de dos casos confirmados. Se exigió el uso del tapabocas de carácter obligatorio para toda la población.

Estas medidas incluyeron a las instituciones educativas y culturales, tal es el caso de las bibliotecas, entre ellas las nacionales, públicas y escolares. En ese sentido, se suspendieron las actividades en estos espacios y algunas activaron protocolos de funcionamiento para brindar servicios por la vía digital, en atención a sus capacidades y posibilidades.

La situación de pandemia, tal como refiere la IFLA, ha llevado a las bibliotecas de todo el mundo a implementar medidas significativas para garantizar la seguridad de sus trabajadores y usuarios, que pasan desde el cierre total, los servicios restringidos que exigen la aplicación de protocolos convenidos por las autoridades de la biblioteca. Incluso, deben tomarse medidas estrictas de protección contra la Covid-19 en el caso de ofrecer servicios de préstamos circulantes, más allá de las políticas de preservación y resguardo de sus colecciones.

Cabe señalar que la tendencia mundial es promover el uso de bibliotecas digitales y otras herramientas para garantizar el estudio, la investigación y el acercamiento de quienes en circunstancias como las actuales permanecen en casa y tienen la oportunidad de leer un libro pendiente.

Todas y cada una de estas acciones han sido adoptadas luego de medir los riesgos que implica el manejo de los textos físicos y el posible contagio de la Covid-19. Por ejemplo, en bibliotecas que ofrecen préstamos circulantes han acondicionado espacios o mostradores para hacer la entrega de los libros, cumpliendo con todas las medidas de seguridad e higiene, que debe ser recíproca para quien retira.

En otros casos se aplicaron procedimientos de desinfección contra el coronavirus: se colocan en bolsas cerradas y se remiten al usuario a través de servicios de envíos, sugiriendo además que antes de manipular el libro lo mantengan en reposo por algunos días para evitar cualquier foco de contaminación.

Para su posterior devolución, algunas han implementado políticas que permitan a los lectores mantener el libro en resguardo hasta pasada las medidas de confinamiento. También se han dispuesto de buzones o cestas, las cuales se encuentran alejadas del recinto para evitar el contacto humano y de otros materiales, ya sea mobiliario o estantería, donde el virus pueda alojarse.

En algunos países se han ejecutado planes para ofrecer servicios a distancia, utilizando las herramientas tecnológicas, como préstamos electrónicos, tutoriales para enseñanza en línea, o soporte para la ejecución de clases a través de la web.

Estas medidas obedecen a que ciertos estudios de reconocidas universidades han señalado que el virus puede alojarse en el papel por alrededor de 24, 48 y hasta 72 horas. Este último es el tiempo que estiman las bibliotecas en Irlanda. En el caso de Eslovenia refieren dos semanas, y Francia indica 10 días, para publicaciones que tengan cobertura plástica. En China, por su parte, están aplicando técnicas de aislamiento de las obras y la esterilización estática de dichas publicaciones; adicionalmente están considerando la creación de un centro único para la devolución y desinfección de libros, utilizando equipos con ozono y luz ultravioleta.

Otra de las recomendaciones que hacen los expertos, de acuerdo a lo reflejado por la IFLA, es que las personas deben evitar una práctica muy usual: mojarse los dedos para pasar las páginas. Un elemento importante a considerar, no solo por los hongos o ácaros naturales que pudieran tener los libros, sino porque de tener alojado el virus, entraría de manera inmediata al organismo. Se recomienda el uso de guantes y tapabocas a la hora de manipular los libros.

Italia, uno de los países que se ha visto severamente afectado por la pandemia, que de acuerdo con los datos oficiales suministrados por la Organización Mundial de la Salud, al día 27 de mayo registra alrededor de 230.952 casos confirmados, de los cuales 147 mil se han recuperado y 33 mil son decesos, recomiendan solicitar a los usuarios información que permita evaluar si el libro ha tenido contacto con alguna persona infectada por el virus. 

Lo anterior deja ver con claridad por qué es tan importante en tiempos de la Covid-19 la lectura en formato digital, pues al tomar un libro que haya estado en contacto con una persona portadora del virus, sin haber pasado por un proceso de desinfección, se pudiera correr el riesgo de contraerlo. Y, en el caso de adquirir libros físicos, hacerlo en aquellas librerías que ofrecen para la venta sus productos literarios a través de portales web, que garantizan sistemas seguros y confiables, que permiten retirarlos en sobres, previo encargo de la obra.

Por-que-el-libro-digital-en-tiempo-de-pandemia-global-min-chik